5. "Porque, ¿qué es más fácil, decir: 'Tus pecados te son perdonados,' o decir: 'Levántate, y anda'?
6. "Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados," entonces dijo al paralítico: "Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa."
7. Y levantándose, el paralítico se fue a su casa.
8. Pero cuando las multitudes vieron esto, sintieron temor, y glorificaron a Dios, que había dado tal poder (autoridad) a los hombres.
9. Cuando Jesús se fue de allí, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo: "¡Ven tras Mí!" Y levantándose, Lo siguió.
10. Y estando El sentado a la mesa en la casa, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y se sentaron a la mesa con Jesús y Sus discípulos.
11. Cuando los Fariseos vieron esto, dijeron a Sus discípulos: "¿Por qué come su Maestro con los recaudadores de impuestos y pecadores?"
12. Al oír Jesús esto, dijo: "Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos.
13. "Pero vayan, y aprendan lo que significa: 'MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIO'; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores."
14. Entonces los discípulos de Juan se acercaron a Jesús, diciendo: "¿Por qué nosotros y los Fariseos ayunamos, pero Tus discípulos no ayunan?"
15. Y Jesús les respondió: "¿Acaso los acompañantes del novio pueden estar de luto mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán.
16. "Nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo; porque el remiendo al encogerse tira del vestido y se produce una rotura peor.
17. "Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan."
18. Mientras Jesús les decía estas cosas, vino un oficial de la sinagoga y se postró delante de El, diciendo: "Mi hija acaba de morir; pero ven y pon Tu mano sobre ella, y vivirá."
19. Levantándose Jesús, lo siguió, y también Sus discípulos.
20. Y una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se Le acercó por detrás y tocó el borde de Su manto;
21. pues decía para sí: "Si tan sólo toco Su manto, sanaré."
22. Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: "Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado." Y al instante la mujer quedó sana.
23. Cuando Jesús entró en la casa del oficial, y vio a los flautistas y al gentío en ruidoso desorden,
24. les dijo: "Retírense, porque la niña no ha muerto, sino que está dormida." Y se burlaban de El.