5. Pues no dice en vano la Escritura: “Dios ama celosamente al espíritu que puso en nosotros”.
6. Aunque su benevolencia es siempre mayor, y por eso dice también la Escritura: Dios hace frente a los orgullosos y concede, en cambio, su favor a los humildes.
7. Someteos, pues, a Dios y resistid al diablo, que no tendrá más remedio que huir.
8. Acercaos a Dios, y Dios se acercará a vosotros. ¡Limpiad vuestras manos, pecadores! ¡Purificad vuestros corazones, los que os portáis con doblez!