Juan 20:15-30 La Biblia Traducción Interconfesional Versión Española (BTI)

15. Jesús le preguntó:— Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién estás buscando?Ella, creyendo que era el jardinero, le contestó:— Señor, si te lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto y yo misma iré a recogerlo.

16. Entonces Jesús la llamó por su nombre:— ¡María!Ella se volvió y exclamó en arameo:— ¡Rabboní! (que quiere decir “Maestro”).

17. Jesús le dijo:— No me retengas, porque todavía no he ido a mi Padre. Anda, ve y diles a mis hermanos que voy a mi Padre, que es también vuestro Padre; a mi Dios, que es también vuestro Dios.

18. María Magdalena fue a donde estaban los discípulos y les anunció:— He visto al Señor y esto es lo que me ha encargado.

19. Aquel mismo primer día de la semana*, al anochecer, estaban reunidos los discípulos en una casa, con las puertas bien cerradas por miedo a los judíos. Se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo:— La paz esté con vosotros.

20. Dicho lo cual les enseñó las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.

21. Jesús volvió a decirles:— La paz esté con vosotros. Como el Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros.

22. Sopló entonces sobre ellos y les dijo:— Recibid el Espíritu Santo.

23. A quienes perdonéis los pecados, les quedarán perdonados; a quienes no se los perdonéis, les quedarán sin perdonar.

24. Tomás, uno del grupo de los doce, a quien llamaban “el Mellizo”, no estaba con ellos cuando se les presentó Jesús.

25. Así que le dijeron los otros discípulos:— Hemos visto al Señor.A lo que Tomás contestó:— Si no veo en sus manos la señal de los clavos; más aún, si no meto mi dedo en la señal dejada por los clavos y mi mano en la herida del costado, no lo creeré.

26. Ocho días después, se hallaban también reunidos en casa los discípulos, y Tomás con ellos. Aunque tenían las puertas bien cerradas, Jesús se presentó allí en medio y les dijo:— La paz esté con vosotros.

27. Después dijo a Tomás:— Trae aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en la herida de mi costado. Y no seas incrédulo, sino creyente.

28. Tomás contestó:— ¡Señor mío y Dios mío!

29. Jesús le dijo:— ¿Crees porque has visto? ¡Dichosos los que crean sin haber visto!

30. Jesús hizo en presencia de sus discípulos otros muchos milagros que no han sido recogidos en este libro.

Juan 20