17. Les impusieron, pues, las manos y recibieron el Espíritu Santo.
18. Al ver Simón que cuando los apóstoles imponían las manos se impartía el Espíritu, les ofreció dinero,
19. diciendo:— Concededme también a mí el poder de que, cuando imponga las manos a alguno, reciba el Espíritu Santo.
20. — ¡Al infierno tú y tu dinero! —le contestó Pedro—. ¿Cómo has podido imaginar que el don de Dios es un objeto de compraventa?