22. Con todas tus abominaciones y prostituciones no te acordaste de cuando eras una niña y estabas desnuda del todo, de cuando te revolcabas en tu sangre.
23. Y aparte de todas estas infamias ¡ay de ti! —oráculo del Señor Dios—,
24. te construiste un prostíbulo y en todas las plazas te hiciste una plataforma.
25. Erigiste tu plataforma en los cruces de todos los caminos, deshonrando tu hermosura, y te abrías de piernas a todo el que pasaba, agravando así tu conducta de prostituta.