32. Jehú miró a la ventana y preguntó:— A ver, ¿quién está conmigo?Se asomaron dos o tres cortesanos
33. a los que Jehú ordenó:— ¡Tiradla abajo!La tiraron y su sangre salpicó sobre las paredes y los caballos, que la pisotearon.
34. Jehú entró a comer y a beber y luego ordenó:— Ocupaos de esa maldita y enterradla, pues es hija de reyes.
35. Cuando fueron a enterrarla sólo encontraron su cráneo, sus pies y sus manos.
36. Volvieron a informar a Jehú, y él comentó:— Así se cumple la palabra que el Señor pronunció por medio de su siervo Elías, el de Tisbé: “Los perros devorarán el cuerpo de Jezabel en los campos de Jezrael,