15. ¿Contra quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién estás persiguiendo? ¡A un perro muerto! ¡A una pulga!
16. Que el Señor dicte sentencia entre los dos: que examine, defienda mi causa y me libre de tu mano.
17. Cuando David terminó de decir estas palabras, Saúl exclamó:— ¿Es esa tu voz, David, hijo mío?E inmediatamente se echó a llorar.