1. Cuando Salomón terminó de construir el Templo del Señor, el palacio real y todo cuanto deseaba hacer,
2. se le apareció el Señor por segunda vez, como se le había aparecido en Gabaón,
3. y le dijo:— He escuchado las súplicas y plegarias que me has dirigido. He consagrado este Templo que has construido como residencia perpetua de mi nombre: aquí estarán siempre mis ojos y mi corazón.