5. Entonces, decidí confesarte todos mis pecados; no escondí ninguna de mis culpas. Decidí confesarte mis errores, SEÑOR, y tú perdonaste todas mis culpas. Selah
6. Por eso, todos tus seguidores deben orar a ti. Y así, aunque estén en mil dificultades, nada malo les sucederá.
7. Tú eres mi refugio, me rodeas y proteges. Por todos lados te escucho gritándome alegremente que tenga en cuenta que tú me has salvado. Selah
8. «Te enseñaré y te mostraré el camino; te estaré observando y seré tu guía.
9. No sean como el caballo o como el mulo sin entendimiento, a los que hay que sujetar con rienda y freno porque si no, no se acercan a ti».
10. Los perversos reciben muchos sufrimientos. En cambio, quien confía en el SEÑOR está protegido por el fiel amor de Dios.