26. Entonces Dios levantó su mano para que murieran en el desierto,
27. para que sus descendientes cayeran ante sus enemigos, y para dispersarlos entre las naciones.
28. Luego, se unieron en la adoración de Baal Peor, y comieron de lo sacrificado a los muertos.
29. Provocaron a Dios con sus hechos, y les cayó una plaga.