Romanos 9:1-18 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

1. Soy seguidor de Cristo, el Espíritu Santo guía mi conciencia y me dice que no estoy mintiendo. Digo la verdad:

2. tengo una gran tristeza y llevo siempre un gran dolor en el corazón.

3. Espero que pueda ayudar a mis compatriotas, que son mi propia raza. ¡Incluso estaría dispuesto a recibir una maldición y correr el riesgo de ser separado de Cristo si eso sirviera para ayudarlos!

4. Ellos son el pueblo de Israel, son los hijos que Dios eligió; les mostró su gloria cuando recibieron los pactos que hizo con su pueblo. Dios les dio la ley, la adoración en el templo y sus promesas.

5. Sus antepasados son los patriarcas. De ellos desciende físicamente el Mesías, quien es Dios sobre todos, bendito para siempre. Así sea.

6. Como dije, ellos me dan mucha tristeza, pero eso no quiere decir que la promesa que Dios les hizo haya fallado. Lo que pasa es que no todos los que son descendientes de Israel son el verdadero Israel.

7. Ni todos son verdaderos hijos de Abraham por ser sus descendientes. Como Dios dijo: «Tu descendencia será trazada sólo a través de Isaac».

8. O sea que no todos los descendientes físicos de Abraham son hijos de Dios. Son verdaderos hijos de Dios los que son hijos de Dios de acuerdo con la promesa que Dios le hizo a Abraham,

9. cuando le prometió: «El año que viene yo volveré, y Sara tendrá un hijo».

10. Y eso no es todo, Rebeca también tendría hijos. Esos hijos fueron los hijos de nuestro antepasado Isaac.

11-13. Antes del nacimiento de los niños, Dios le anunció a Rebeca: «El hijo mayor va a ser siervo del menor». Dios dijo esto antes de que los niños hubieran hecho algo bueno o malo. Como está escrito: «Amé a Jacob pero odié a Esaú». Lo dijo así para demostrar que ese era su plan. Dios eligió a ese niño para demostrar que él elige a quien quiere, y su elección no dependió de lo que los niños hubieran hecho.

14. Entonces, ¿qué podemos decir en cuanto a esto? ¿Que Dios es injusto?

15. ¡Claro que no! Dios dijo a Moisés: «Tendré compasión y piedad de quien yo quiera».

16. Así que Dios decide de quién va a tener compasión. Su decisión no depende de lo que la gente quiera o se afane por hacer.

17. En la Escritura Dios dice al faraón: «Te elevé al puesto de rey para demostrar mi poder en tu vida y para darme a conocer en toda la tierra».

18. Entonces Dios tiene compasión de quien él quiere tenerla y también es duro con quien él quiere serlo.

Romanos 9