30. Hermanos, les ruego por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu Santo que me ayuden a luchar pidiéndole a Dios por mí.
31. También pídanle que me libre de los incrédulos de Judea, y que mi servicio en Jerusalén sea agradable al pueblo de Dios.
32. Así, si es la voluntad de Dios, con alegría iré a visitarlos y juntos podremos tomar un descanso.
33. Que Dios, quien es la fuente de paz, esté siempre con ustedes. Así sea.