13. También sacudí mi ropa y dije: «Que Dios haga lo mismo con el que incumpla este compromiso, que lo sacuda y pierda todo lo que tiene». Entonces todos los allí reunidos estuvieron de acuerdo y dijeron: «Así sea». Y alabaron al SEÑOR. Todos cumplieron su promesa.
14. Desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos fui gobernador de Judá. Durante esos doce años, ni mis hermanos ni yo cobramos el salario que se le asignaba al gobernador.
15. Los gobernadores anteriores fueron muy exigentes con la gente y obligaban a todos a pagar cuarenta monedas de plata y a entregar vino y comida. Incluso sus servidores oprimían al pueblo, pero yo no hice lo mismo que ellos porque respetaba a Dios.
16. En cambio, sí trabajé duro, junto con todos mis servidores, en la reconstrucción de la muralla de Jerusalén y no le quité a nadie su tierra.
17. Normalmente a mi mesa eran bienvenidos ciento cincuenta funcionarios judíos junto con los que habían venido a nosotros desde las naciones vecinas.