1. Pobre de ti, ciudad asesina, no eres más que una mentira. Estás llena de rapiña y nunca estás sin presa.
2. Se pueden escuchar los sonidos de látigos, de ruedas y caballos al galope con sus carros saltando tras ellos.
3. Ataca la caballería, brillan las espadas, resplandecen las lanzas. Hay montones de muertos, muchos cadáveres, innumerables. Hay tantos muertos que la gente tropieza con ellos.
4. Todo eso sucedió por culpa de esa prostituta, la bruja hermosa y seductora que con sus seducciones esclavizó naciones, y con sus conjuros, pueblos enteros.
5. El SEÑOR Todopoderoso dice: «Estoy en contra tuya; te voy a levantar las faldas hasta la cara, les mostraré a las naciones tu desnudez y a los reinos tu deshonra.