3. Él será árbitro entre muchos pueblos y mediador entre a naciones fuertes y lejanas. Convertirán sus espadas en arados, y sus lanzas en hoces. Ninguna nación levantará espada contra otra, y ya nadie se preparará para la guerra.
4. Cada cual se sentará bajo su vid y su higuera, y no habrá quien los atemorice. Porque así lo ha dicho el SEÑOR Todopoderoso.
5. Aunque todas las naciones obedezcan a sus propios dioses, nosotros nunca dejaremos de obedecer al SEÑOR, nuestro Dios.
6. El SEÑOR dice: «Ese día reuniré a mis ovejas; a la lastimada, a la descarriada y a la que maltraté.