14. Entonces uno de los doce seguidores llamado Judas Iscariote fue a los jefes de los sacerdotes
15. y les dijo: —¿Qué me dan ustedes si les entrego a Jesús? Entonces ellos le ofrecieron treinta monedas de plata.
16. Desde ese momento, Judas empezó a buscar una oportunidad para traicionar a Jesús.
17. El primer día de la fiesta de los Panes sin Levadura. Los seguidores de Jesús se acercaron y le dijeron: —¿Dónde quieres que hagamos los preparativos para celebrar la cena de la Pascua?
18. Jesús dijo: —Vayan a la ciudad a donde está un conocido mío y díganle: “El Maestro dice: Mi tiempo está cerca y voy a celebrar la fiesta de la Pascua con mis seguidores en tu casa”.
19. Entonces los seguidores hicieron lo que Jesús les mandó, y prepararon la cena de la Pascua.
20. Por la noche Jesús estaba a la mesa con los doce.
21. Mientras comían, Jesús dijo: —Les digo la verdad: uno de ustedes me traicionará.
22. Ellos estaban muy tristes y cada uno empezó a preguntarle: —Señor, ese no seré yo, ¿verdad?
23. Jesús les respondió: —El que moja su pan en el mismo plato que yo, es el que me traicionará.
24. El Hijo del hombre tiene que morir tal como está escrito. Pero, ¡pobre de aquel que traicione y entregue al Hijo del hombre! Más le valdría no haber nacido.
25. Judas, el que iba a entregar a Jesús le dijo: —No seré yo, ¿verdad, Maestro? Jesús le dijo: —Sí, eres tú.
26. Mientras comían, Jesús tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió, se lo dio a sus seguidores y dijo: —Tomen este pan y coman, este es mi cuerpo.
27. Luego tomó la copa y después de dar gracias se la dio a ellos, y dijo: —Beban todos de esta copa,
28. porque esto es mi sangre que establece el nuevo pacto, la cual es derramada para perdonar los pecados de muchos.
29. Les digo que nunca volveré a beber vino hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre.
30. Después cantaron una canción de alabanza y se fueron al monte de los Olivos.
31. Entonces Jesús les dijo: —Todos ustedes perderán la fe en mí debido a lo que me sucederá esta noche, porque dice en las Escrituras: “Mataré al pastor y las ovejas del rebaño serán dispersadas”.