3. Si alguien les dice algo, díganle: “El Señor los necesita, pero él los devolverá después”».
4. Esto sucedió para que se cumpliera lo que dijo uno de los profetas:
5. «Díganle a la gente de Sion: “Mira, tu rey viene hacia ti, humilde y montado en un burro; sí, en un burrito, cría de un animal de carga”».
6. Los seguidores se fueron e hicieron lo que Jesús les había dicho.
7. Trajeron la burra y el burrito, pusieron sobre ellos sus mantos y Jesús se sentó encima.
8. Mucha gente extendía sus mantos sobre el camino. Otros cortaban ramas de los árboles y las extendían en el camino.
9. Los que caminaban al frente de él y los que lo seguían, gritaban: —¡Viva el Salvador, el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! —¡Viva Dios que está en los cielos!
10. Cuando Jesús entró a Jerusalén, toda la ciudad se alborotó. Unos preguntaban: —¿Quién es este hombre?
11. La gente contestaba: —Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea.
12. Entonces Jesús entró al área del templo. Comenzó a echar a todos los que estaban comprando y vendiendo ahí. Derribó las mesas de los que cambiaban dinero y los asientos de los que vendían palomas.
13. Jesús les dijo: —Está escrito: “Mi casa será llamada casa de oración”. ¡Pero ustedes la están convirtiendo en una “guarida de ladrones”!
14. Unos ciegos y cojos se acercaron a Jesús en el área del templo y él los sanó.
15. Pero cuando los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley vieron las maravillas que él había hecho y a los niños gritando en el área del templo: «¡Viva el Salvador, el Hijo de David!», se enojaron.
16. Le preguntaron a Jesús: —¿Oyes lo que estos niños están diciendo? Jesús les contestó: —Sí, los oigo. ¿No han leído la Escritura sobre esto? “Tú lo has hecho para que hasta los niños y los bebés canten alabanzas”.
17. Entonces él los dejó y salió de la ciudad para Betania donde pasó la noche.
18. Muy de mañana, Jesús estaba de regreso en Jerusalén y sintió hambre.
19. Vio una higuera, pero sólo tenía hojas, se acercó y le dijo: —¡Que nunca más vuelvas a dar fruto! La higuera se secó al instante y murió.
20. Cuando sus seguidores vieron esto, se sorprendieron y dijeron: —¿Cómo se secó la higuera y murió tan rápido?
21. Jesús les respondió: —Les digo la verdad: si ustedes tienen fe y no dudan, no solamente serán capaces de hacer lo que yo hice con la higuera. Es más, podrán decirle a esta montaña: “Levántate y lánzate al mar” y así sucederá.