17. Entonces él los dejó y salió de la ciudad para Betania donde pasó la noche.
18. Muy de mañana, Jesús estaba de regreso en Jerusalén y sintió hambre.
19. Vio una higuera, pero sólo tenía hojas, se acercó y le dijo: —¡Que nunca más vuelvas a dar fruto! La higuera se secó al instante y murió.
20. Cuando sus seguidores vieron esto, se sorprendieron y dijeron: —¿Cómo se secó la higuera y murió tan rápido?
21. Jesús les respondió: —Les digo la verdad: si ustedes tienen fe y no dudan, no solamente serán capaces de hacer lo que yo hice con la higuera. Es más, podrán decirle a esta montaña: “Levántate y lánzate al mar” y así sucederá.
22. Si ustedes creen, recibirán todo lo que pidan en oración.