Marcos 9:16-35 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

16. Jesús les preguntó: —¿Qué están discutiendo con ellos?

17. Uno de entre la multitud le respondió: —Maestro, te he traído a mi hijo porque está atormentado por un espíritu que no lo deja hablar.

18. Cuando se apodera de él, lo hace caer al suelo, escupe espuma por la boca, le rechinan los dientes y se queda rígido. Les pedí a tus seguidores que expulsaran al espíritu, pero no pudieron.

19. Cuando Jesús escuchó esto, dijo: —¡Partida de incrédulos! ¿Cuánto tiempo más tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho.

20. Trajeron al muchacho. Cuando el espíritu vio a Jesús, hizo que el muchacho empezara a convulsionar. El muchacho cayó al suelo, dio muchas vueltas y echó espuma por la boca.

21. Jesús le preguntó al papá: —¿Cuánto tiempo ha estado así? Él le respondió: —Ha estado así desde que era niño.

22. Muchas veces lo ha tirado al fuego o al agua para matarlo. Por favor, si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos.

23. Jesús le dijo: —No digas: “Si puedes hacer algo”, todo es posible para el que cree.

24. Enseguida el papá del muchacho gritó muy fuerte: —¡Creo, ayúdame a creer aun más!

25. Cuando Jesús vio que se estaba reuniendo mucha gente, reprendió al espíritu maligno: —Espíritu que has vuelto sordo y mudo a este muchacho, te ordeno que salgas de él y no vuelvas a entrar nunca más.

26. El espíritu gritó, tiró al muchacho al suelo, lo hizo convulsionar otra vez y salió de él. El muchacho estaba tan agotado que parecía un cadáver. Unos decían que estaba muerto.

27. Pero Jesús lo tomó de la mano y lo ayudó a ponerse de pie. El muchacho se levantó sin problemas.

28. Cuando Jesús entró en casa y estaba solo, sus seguidores le preguntaron en privado: —¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?

29. Jesús les dijo: —Esa clase de demonios sólo se pueden expulsar por medio de la oración.

30. Jesús y los seguidores salieron de allí y caminaron por toda la región de Galilea. Él no quería que la gente supiera dónde estaba.

31. Quería dedicarse a enseñarles a sus seguidores y les dijo: «El Hijo del hombre está a punto de ser entregado en manos de los hombres que lo van a matar; pero al tercer día, resucitará».

32. Pero ellos no entendieron esas palabras y les dio miedo preguntarle qué quería decir.

33. Después llegaron al pueblo de Capernaúm. Cuando ya estaban en la casa, Jesús les preguntó a sus seguidores: —¿De qué hablaban ustedes en el camino?

34. Pero ellos se quedaron en silencio porque en el camino estaban discutiendo sobre quién era el más importante.

35. Jesús se sentó, reunió a los doce y les dijo: —Si alguno quiere ser el número uno, entonces debe ocupar el último lugar y servir a todos.

Marcos 9