Marcos 12:33-44 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

33. Uno debe amar a Dios con todo su corazón, con todo su entendimiento y con todas sus fuerzas, y al semejante como a sí mismo. Estos mandamientos son más importantes que todos los sacrificios que se queman completamente y otros sacrificios que ofrecemos a Dios.

34. Al ver Jesús que el hombre había contestado sabiamente, le dijo: —No estás lejos del reino de Dios. Después de aquel momento nadie tuvo el valor de hacerle más preguntas.

35. Jesús estaba enseñando en el área del templo y preguntó: —¿Por qué los maestros de la ley dicen que el Mesías es Hijo de David?

36. Inspirado por el Espíritu Santo, David mismo dice: “El Señor Dios le dijo a mi Señor: Siéntate a mi derecha, y yo pondré a tus enemigos bajo tu poder”.

37. David mismo llama al Mesías “Señor”, ¿cómo entonces puede él ser su hijo? Mucha gente oía a Jesús con gusto.

38. Jesús continuó enseñando: «Tengan cuidado de los maestros de la ley. A ellos les gusta pasearse vistiendo ropa que muestre su autoridad y que la gente los salude con respeto en las plazas de mercado.

39. También les gusta mucho sentarse en los lugares de honor de las sinagogas y tener los mejores lugares en los banquetes.

40. Ellos se roban los bienes de las viudas y para disimularlo hacen largas oraciones. Por eso Dios los castigará con más severidad».

41. Jesús estaba sentado cerca de la caja del dinero del templo y veía cómo la gente daba sus ofrendas. Muchos ricos daban bastante dinero.

42. Luego vino una viuda y dio dos pequeñas monedas de cobre que valían muy poco.

43. Jesús llamó a sus seguidores y les dijo: —Les digo la verdad: esa pobre viuda echó más que todos demás a la caja del tesoro del templo.

44. Porque los demás dieron de lo que les sobraba, pero ella, a pesar de su pobreza, entregó todo lo que tenía para vivir.

Marcos 12