Marcos 12:14-32 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

14. Ellos fueron y le dijeron: —Maestro, sabemos que eres un hombre honesto. No te dejas llevar por lo que piensen los demás pues para ti todos son iguales. Enseñas con sinceridad el camino de Dios. Dinos, ¿está bien que paguemos impuestos al emperador? ¿Debemos pagarlos o no?

15. Pero él vio su hipocresía y les dijo: —¿Por qué tratan de ponerme una trampa? Denme una moneda de plata. Déjenme verla.

16. Ellos le dieron una moneda y Jesús preguntó: —¿De quién es la imagen que está en la moneda y el nombre que está escrito en ella? Ellos dijeron: —Del emperador.

17. Entonces Jesús les dijo: —Den al emperador lo que es del emperador y a Dios lo que es de Dios. Se asombraron de lo que Jesús dijo.

18. Entonces unos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, se acercaron a Jesús y le preguntaron:

19. —Maestro, Moisés nos escribió que si un hombre casado moría sin haber tenido hijos, su hermano debía casarse con la viuda. De esa manera los hijos que tuvieran serían considerados hijos del hermano fallecido.

20. Una vez hubo siete hermanos. El primero murió sin dejar hijos,

21. así que el segundo se casó con la viuda. Pero él también murió sin dejar hijos. Lo mismo pasó con el tercer hermano.

22. Todos los siete hermanos se casaron con la viuda y murieron sin que ninguno dejara hijos. Después la mujer también murió.

23. Como todos los siete hermanos se habían casado con ella, el día en que la gente resucite, ¿de quién será esposa la viuda?

24. Jesús les contestó: —¿Por qué cometen ese error? ¿Acaso no saben lo que dicen las Escrituras ni conocen el poder de Dios?

25. Cuando la gente resucite de la muerte, no se casará, sino que todos serán como los ángeles del cielo.

26. Pero en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés como Dios le habló en el arbusto ardiente y le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”?

27. Él no es Dios de muertos, sino de vivos. Ustedes están muy equivocados.

28. Se acercó uno de los maestros de la ley que los había oído discutir. Se había fijado en lo bien que Jesús les había contestado, y le preguntó: —¿Cuál es el mandamiento más importante?

29. Jesús contestó: —El mandamiento más importante es este: “¡Oye, Israel! El Señor nuestro Dios es el único Señor.

30. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.

31. Y el segundo es: “Ama a tu semejante como te amas a ti mismo”. No hay otro mandamiento más importante que estos.

32. Entonces el maestro de la ley contestó: —Esa fue una buena respuesta, Maestro. Tienes razón, el Señor es el único Dios y no hay otro aparte de él.

Marcos 12