Lamentaciones 4:7-14 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

7. Los nazareos de Jerusalén eran más puros que la nieve, más blancos que la leche. Su cuerpo era fuerte como el roble, y su cabello era hermoso como el zafiro.

8. Ahora se han vuelto más negros que el carbón. Nadie los reconoce en las calles. La piel se les ha pegado a los huesos y está tan seca como la madera.

9. Tuvieron mejor suerte los que murieron en la batalla que los que murieron de hambre. Cuando falta una cosecha, los hambrientos agonizan lentamente.

10. Con sus propias manos, las mujeres más amorosas cocinaron a sus hijos. Los convirtieron en su comida, cuando mi pueblo fue derrotado.

11. El SEÑOR desató toda su furia; derramó el fuego de su ira. Encendió un fuego en Sion que quemó hasta lo más profundo de la tierra.

12. Los reyes de la tierra no lo creyeron. Tampoco lo creyó ningún habitante de la tierra. No podían creer que un enemigo pudiera cruzar los portales de Jerusalén.

13. A causa de los pecados de sus profetas y los crímenes de sus sacerdotes, se derramó dentro de Jerusalén la sangre de gente justa.

14. Los profetas y sacerdotes vagaron ciegamente por las calles, tan manchados por la sangre que nadie quiere tocar sus vestidos.

Lamentaciones 4