Lamentaciones 2:1-11 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

1. Mira con qué desprecio ha tratado el Señor en su ira a la hija de Sion. Él hizo que la gloria de Israel cayera del cielo a la tierra. El día de su ira se olvidó del lugar donde descansaban sus pies.

2. El Señor lo destruyó todo y ninguna de las casas de Jacob quedó en pie. En su ira destruyó las fortalezas de la hija de Judá. Hizo que Judá se derrumbara e hirió a su reino y a sus príncipes.

3. En el ardor de su furia, le quitó toda su fuerza a Israel. Retiró su mano protectora cuando se acercó el enemigo, y quemó a Jacob como un gran fuego que consume todo lo que hay a su alrededor.

4. Como un enemigo alistó su arco; sostuvo la espada en su mano derecha. Como si fuera el enemigo, mató a nuestros seres queridos. Él derramó su ira como fuego sobre las carpas de Sion.

5. El Señor se convirtió en enemigo y destruyó a Israel. Destruyó todas sus fortalezas y sus ciudades amuralladas. Multiplicó los quejidos y lamentos en la hija de Judá.

6. Él arrancó su templo como si fuera un jardín. Arruinó su festival. El SEÑOR hizo que en Sion se olvidaran de los festivales y del día de descanso, y en medio de su violenta ira mostró desprecio por el rey y el sacerdote.

7. El Señor rechazó su altar; su santuario le causaba repulsión. Puso en manos del enemigo las murallas de Jerusalén. Los enemigos gritaron de alegría en la casa del SEÑOR como si estuvieran en una fiesta.

8. El SEÑOR decidió destruir la muralla de la hija de Sion. Hizo sus planes muy cuidadosamente y no dudó en destruirla. Él hizo que las fortificaciones y las murallas se quejaran y se debilitaran.

9. Sus portales se vinieron abajo. Él convirtió en pedazos sus barras de hierro. El rey y sus príncipes fueron esparcidos por todas las naciones y no queda ninguno para dar enseñanzas. Ni siquiera los profetas pueden recibir una visión del SEÑOR.

10. Los ancianos de la hija de Sion se sientan en el piso en silencio. Arrojan polvo sobre su cabeza y se visten con ropa áspera. Las jóvenes de Jerusalén inclinan su cabeza hacia la tierra.

11. Mis ojos están llenos de lágrimas, arden mis entrañas. Me descompone la destrucción de mi pueblo y ver morir en las calles de la ciudad a los niños y a los bebés.

Lamentaciones 2