12. —Agárrenme y échenme al mar, y la tormenta se calmará. Yo sé que esta terrible tormenta cayó sobre ustedes por culpa mía.
13. Los marineros empezaron a remar con todas sus fuerzas con la esperanza de llegar a tierra firme, pero no lo lograron porque el mar se ponía cada vez más violento y se volvía en contra de ellos.
14. Entonces clamaron así al SEÑOR: «SEÑOR, no nos hagas morir por quitarle la vida a este hombre. No nos culpes por matar a un inocente, porque tú eres el SEÑOR y actúas como bien te parece».
15. Así pues, agarraron a Jonás, lo lanzaron al mar y el mar se calmó.
16. Al ver esto sintieron mucho respeto por el SEÑOR, así que le ofrecieron un sacrificio e hicieron promesas al SEÑOR.
17. El SEÑOR había dispuesto un gran pez para que se tragara a Jonás, quien pasó tres días y tres noches dentro del estómago del pez.