5. ¿Es que acaso este es el ayuno que yo elegí? ¿Un día para afligirse uno mismo? ¿Inclinarse con la cabeza agachada como un junco? ¿Acostarse con ropas ásperas y en ceniza? ¿A eso es a lo que ustedes llaman un día de ayuno que le agrada al SEÑOR?
6. »¿No es más bien el ayuno que yo prefiero quitar las cadenas de injusticia, desatar las cuerdas del yugo, dejar libre al oprimido y romper todo yugo?
7. ¿No es compartir tu alimento con el que tiene hambre y darle hospedaje en tu casa al pobre que no tiene dónde vivir? ¿No es dar de vestir al desnudo y dejar de esconderte de tus familiares?
8. »Entonces tu luz brillará como el amanecer, y tus heridas sanarán pronto. Irá delante de ti quien te declara sin culpa y la gloria del SEÑOR te seguirá.
9. Así tú llamarás y el SEÑOR responderá. Gritarás pidiendo ayuda y él te dirá: “Aquí estoy”. »Si quitas de ti la opresión, el dedo acusador y las palabras perversas,