Isaías 52:1-11 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

1. ¡Despierta! ¡Despierta! Vístete de fuerza, Sion, ponte tus lindos vestidos, Jerusalén, ciudad santa. Porque ya no serás ocupada por los incircuncisos e impuros.

2. Sacúdete el polvo, ponte de pie, siéntate en tu trono, Jerusalén. Desata las cadenas de tu cuello, Sion, hija encarcelada.

3. Porque esto es lo que dice el SEÑOR: «Cuando fueron vendidos, nadie pagó nada por ustedes; ahora serán liberados sin pagar nada».

4. Porque esto es lo que dice el Señor DIOS: «En tiempos pasados, mi pueblo bajó a Egipto a vivir allí como extranjero. Asiria también los oprimió sin ningún motivo».

5. Entonces dice el SEÑOR: «Ahora, ¿con qué me encuentro aquí? Con que sin pagar nada se han llevado a mi pueblo y los que los gobiernan presumen mucho, eso dice el SEÑOR. “Todo el día me insultan, permanentemente”.

6. Debido a esto, haré que mi pueblo me conozca. Por lo tanto, ese día seré yo quien les diga: “Aquí estoy”».

7. Qué hermoso es ver sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas noticias, que anuncia salvación, que le dice a Sion: «Tu Dios es rey».

8. Escucha, tus guardias están gritando, todos juntos gritan de alegría porque con sus propios ojos están viendo que el SEÑOR vuelve a Sion.

9. Estallen en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el SEÑOR ha consolado a su pueblo. Él ha salvado a Jerusalén.

10. El SEÑOR mostró su poder ante todas las naciones. Hasta los que viven en los lugares más lejanos de la tierra serán testigos de cómo Dios salva a su pueblo.

11. Salgan, salgan, salgan de ahí. No toquen nada impuro. Ustedes, los que cargan los utensilios del SEÑOR, salgan por en medio, purifíquense.

Isaías 52