16. De esta manera el SEÑOR Todopoderoso recibe honor por juzgar rectamente. El Dios santo será reconocido santo porque actúa con justicia.
17. Los corderos se alimentarán como si estuvieran en sus propios campos, y las cabritas pastarán entre las ruinas de los ricos.
18. Qué mal les irá a los que arrastran la maldad con cuerdas engañosas, y el pecado con cuerdas de carreta.
19. Ellos dicen: «Que el SEÑOR se apure, que haga su obra rápido, para que veamos qué es lo que hace. Que el plan del Santo de Israel se cumpla pronto para que podamos conocerlo».
20. Qué mal les irá a los que a lo malo llaman bueno y a lo bueno llaman malo. Los que tienen por luz la oscuridad y por oscuridad la luz. Los que dicen que lo amargo es dulce y que lo dulce es amargo.
21. Qué mal les irá a los que se creen sabios, los que piensan que son muy inteligentes.
22. Qué mal les irá a los que son unos campeones para tomar vino y muy valientes para hacer cocteles.
23. A los que reciben soborno para dejar en libertad al culpable y se niegan a hacer justicia al inocente.
24. Por eso, su raíz se pudrirá y su flor se hará polvo como el fuego quema la paja y las llamas destruyen las hojas secas. Eso les sucederá porque rechazaron la enseñanza del SEÑOR y despreciaron el mensaje del Santo de Israel.
25. Por eso el SEÑOR se enfureció con su pueblo y levantó su mano para castigarlos. Las montañas temblaron y los cadáveres quedaron regados en las calles como basura. Aun así no disminuyó su ira y su brazo sigue levantado.
26. Él le hace señas a una nación lejana, con silbidos los llama desde lo más remoto de la tierra. Miren, lo rápido que vienen, llegan en un abrir y cerrar de ojos.
27. Ninguno se cansa ni desfallece; no se duermen, ni siquiera les da sueño. No se les desabrochan los cinturones, ni se les rompen los cordones de las sandalias.
28. Sus flechas son bien puntiagudas y sus arcos ya están tensos. Los cascos de sus caballos parecen fuertes piedras brillantes y las ruedas de sus carros de combate giran como remolino.
29. Rugen como un león, como leones jóvenes que gruñen, apresan sus víctimas y se las llevan sin que nadie pueda rescatarlas.