Isaías 44:9-21 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

9. Todos los que hacen ídolos son indignos. Los ídolos que ellos atesoran no sirven para nada. Los que los adoran son sus testigos, no ven ni entienden nada, por eso serán avergonzados.

10. ¿Cómo se le ocurre a alguien hacer un ídolo que no sirve para nada?

11. Todos los que lo adoren quedarán en ridículo, porque los que lo hicieron son tan solo seres humanos. Que se junten todos ellos, que se presenten a juicio. Estarán temerosos y avergonzados.

12. El herrero corta el metal y trabaja sobre el calor. Va formando el ídolo con el martillo, y lo trabaja usando sus fuertes brazos. Pasa hambre y se siente débil; no toma agua y se agota.

13. Un tallador mide con su regla, hace a lápiz un bosquejo. Cincela el ídolo con el cepillo y lo marca con un compás. Lo hace con figura y belleza humanas para que esté en un templo.

14. Corta cedros o elige un ciprés o un roble. Lo deja crecer entre los árboles del bosque. Siembra un cedro y la lluvia lo hace crecer bastante.

15. Cuando está lo suficientemente crecido como para servir como leña para la gente, él usa una parte para calentarse. También usa otra parte para hacer fuego y hornear un pan. Pero también usa otra parte del árbol para hacer un dios y adorarlo. Hace un ídolo y se inclina ante él.

16. La mitad del árbol la quema en el fuego y hace un asado; come la carne y queda satisfecho. También con ella se calienta y dice: «Me caliento en el calor del fuego».

17. Con el resto, hace un dios, su ídolo, se inclina y lo adora. Le reza y dice: «Sálvame, porque tú eres mi dios».

18. No saben ni entienden. Sus ojos están cerrados para que no puedan ver. Lo mismo pasa con su mente, para que no entiendan.

19. Ninguno se detiene a pensar y no cuentan con el conocimiento o entendimiento necesario para decir: «La mitad del árbol la quemé en el fuego y horneé pan sobre ella, asé carne y me la comí. ¿Cómo es que hago con el resto algo tan despreciable? ¿Cómo es que me estoy inclinando ante un pedazo de madera?»

20. Es como alimentarse de cenizas. Su mente trastornada lo ha llevado a desviarse. No se puede salvar a sí mismo, ni dirá: «Lo que tengo en mi mano es un fraude».

21. «Recuerda todo esto, Jacob, porque tú eres mi siervo, Israel. Yo te hice, tú eres mi siervo. Israel, nunca te echaré al olvido.

Isaías 44