12. Si se le da a una persona que no sabe leer y se le dice: «Léelo», entonces responderá: «No sé leer».
13. El Señor dice: «Este pueblo viene a mí con palabras y me honra de labios para afuera, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me rinden consiste en normas humanas repetidas de memoria.
14. Por eso, fíjense, nuevamente haré con este pueblo cosas sorprendentes, prodigiosas e increíbles. La sabiduría del sabio se acabará y se ocultará la inteligencia del entendido».
15. Qué mal les va a ir a los que se esconden del SEÑOR para ocultar sus planes; a los que hacen sus cosas en la oscuridad y dicen: «¿Quién nos ve? ¿Quién nos conoce?»
16. ¡Cómo se han pervertido! Actúan como si el barro fuera igual al artesano. ¿Puede la obra decir de su creador: «Él no me hizo»? ¿Puede el vaso decir del alfarero: «Él no tiene inteligencia»?
17. ¿Y no es verdad que el Líbano se convertirá pronto en campo de cultivo y el campo de cultivo se convertirá en bosque?
18. Ese día el sordo oirá la lectura de un libro y el ciego, que estaba en la oscuridad y la penumbra, podrá ver.
19. El humilde se alegrará de nuevo en el SEÑOR y los necesitados encontrarán felicidad en el Santo de Israel.
20. El dictador dejará de existir, el arrogante no permanecerá, y todos los que están listos para hacer el mal serán destruidos.
21. Son los que acusan falsamente a los demás de hacer el mal, los que ponen trampas al juez en el tribunal y los que, mediante engaños, se niegan a hacer justicia al inocente.
22. Por eso, el SEÑOR, que rescató a Abraham, les dice esto a los descendientes de Jacob: «El pueblo de Jacob dejará de estar en desgracia y su rostro perderá la palidez.
23. Cuando vean entre ellos a todos sus hijos, a quienes yo hice, considerarán mi nombre santo. Estarán de acuerdo en que el Único Dios de Jacob es santo. Me respetarán a mí, el Dios de Israel.