1. SEÑOR, tú eres mi Dios. Te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas. Las planeaste hace mucho tiempo y se han hecho realidad.
2. Porque has convertido la ciudad en escombros, echaste abajo la fortaleza. El palacio de la ciudad extranjera jamás será reconstruido.
3. Por eso los fuertes te darán honra, y ciudades de naciones temibles te tendrán respeto.
4. Porque tú has sido refugio para los pobres; les has dado seguridad a los necesitados en sus angustias. Has sido cobijo durante las tempestades y sombra en el tiempo caluroso. Cuando los poderosos atacan, son como una tormenta de invierno,