2. Oigan los cielos y escuche la tierra lo que dice el SEÑOR: «Crié a mis hijos y los saqué adelante, pero ellos se rebelaron contra mí.
3. El buey conoce a su amo, y el burro, el lugar donde lo alimentan; pero Israel no me conoce, mi pueblo no tiene entendimiento».
4. ¡Qué nación tan pecadora, qué pueblo tan perverso! Generación mala, hijos depravados como mala semilla. Han dejado al SEÑOR. Le han faltado al respeto al Santo de Israel y le han dado la espalda.
5. ¿Por qué buscan más castigo y se siguen rebelando? Tienen toda la cabeza lastimada y el corazón todo enfermo.
6. Están padeciendo de pies a cabeza, llenos de golpes, moretones y heridas abiertas que no han sido curadas ni vendadas, ni aliviadas con aceite.
7. Su país está en ruinas, sus ciudades incendiadas. Ustedes han visto cómo la gente extranjera ha explotado y arrasado su tierra.
8. La hija de Sion ha quedado tirada como enramada en un viñedo, como choza en un sembrado de pepinos, como ciudad sitiada por enemigos.