Isaías 1:2-17 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

2. Oigan los cielos y escuche la tierra lo que dice el SEÑOR: «Crié a mis hijos y los saqué adelante, pero ellos se rebelaron contra mí.

3. El buey conoce a su amo, y el burro, el lugar donde lo alimentan; pero Israel no me conoce, mi pueblo no tiene entendimiento».

4. ¡Qué nación tan pecadora, qué pueblo tan perverso! Generación mala, hijos depravados como mala semilla. Han dejado al SEÑOR. Le han faltado al respeto al Santo de Israel y le han dado la espalda.

5. ¿Por qué buscan más castigo y se siguen rebelando? Tienen toda la cabeza lastimada y el corazón todo enfermo.

6. Están padeciendo de pies a cabeza, llenos de golpes, moretones y heridas abiertas que no han sido curadas ni vendadas, ni aliviadas con aceite.

7. Su país está en ruinas, sus ciudades incendiadas. Ustedes han visto cómo la gente extranjera ha explotado y arrasado su tierra.

8. La hija de Sion ha quedado tirada como enramada en un viñedo, como choza en un sembrado de pepinos, como ciudad sitiada por enemigos.

9. Si el SEÑOR Todopoderoso no hubiera dejado que unos cuantos de nuestro pueblo sobrevivieran, hubiéramos quedado como Sodoma y como Gomorra.

10. Gobernantes de Sodoma, oigan el mensaje del SEÑOR. Pueblo de Gomorra, escucha la enseñanza de Dios.

11. El SEÑOR dice: «¿Para qué me traen tantos sacrificios? Estoy cansado de sus sacrificios que deben quemarse completamente y de la grasa de los animales bien cebados. No me complace la sangre de los toros, ni de los corderos ni de las cabras.

12. ¿Quién les pide estas cosas cuando ustedes vienen a presentarse ante mí pisoteando mis patios?

13. No me traigan más ofrendas inútiles. Su incienso me desagrada. Ya no aguanto sus reuniones de Luna nueva, los días de descanso y las demás fiestas religiosas mientras practican el pecado.

14. Detesto sus fiestas de Luna nueva y demás fiestas religiosas. Todo eso se me ha hecho insoportable, estoy cansado de todo eso.

15. Cuando ustedes alzan sus manos hacia mí para orar, yo me niego a prestarles atención. Ya no escucharé su gran cantidad de oraciones porque ustedes tienen las manos manchadas de opresión y violencia.

16. Límpiense y purifíquense, quiten sus maldades de mi vista, dejen de hacer el mal

17. y aprendan a hacer el bien. Sean honestos con los demás, ayuden al oprimido, hagan valer los derechos de los huérfanos y defiendan a las viudas».

Isaías 1