Hechos 26:8-23 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

8. ¿Por qué creen ustedes que es imposible para Dios resucitar a los muertos?

9. »Yo también creía que tenía que hacer todo lo que pudiera en contra del nombre de Jesús de Nazaret.

10. Eso fue lo que hice en Jerusalén, en donde con autorización de los jefes de los sacerdotes mandé meter en la cárcel a muchos creyentes. Cuando los mataban, yo estaba de acuerdo

11. y en todas las sinagogas yo hacía todo lo posible para obligarlos a renegar de su fe. Mi furia contra ellos era tal que llegué hasta el extremo de viajar a otras ciudades para encontrarlos y hacerles daño.

12. »En una ocasión, los jefes de los sacerdotes me dieron autorización para ir a Damasco.

13. Al medio día, mientras iba por el camino, vi, oh rey, una luz que nos iluminaba a mí y a los que venían conmigo. La luz venía del cielo y era más brillante que el sol.

14. Todos nosotros caímos al suelo y oí una voz que decía en arameo: “Saulo, Saulo ¿por qué me persigues? Lo único que logras al tratar de luchar contra mí es hacerte daño”.

15. Yo dije: “¿Quién eres, Señor?” El Señor dijo: “Soy Jesús, a quien tú persigues.

16. Levántate, hoy me he aparecido ante ti porque te he elegido para que seas mi siervo y para que seas testigo de lo que has visto y de lo que te voy a mostrar.

17. Te rescataré de tus compatriotas y de los extranjeros, a los cuales te envío ahora.

18. Tu misión será abrirles los ojos para que salgan de la oscuridad y entren a la luz; para que pasen del poder de Satanás al poder de Dios. Así conseguirán el perdón de sus pecados y un lugar junto a todos aquellos que se han purificado por la fe que tienen en mí”.

19. »Así que, Rey Agripa, después de tener esta visión del cielo, no la rechacé.

20. Al contrario, empecé a decirle primero a la gente de Damasco, luego a la de Jerusalén y a la de todas partes en la región de Judea, y también a los que no son judíos, que deberían cambiar su vida, volverse a Dios y demostrar con sus obras que en realidad habían cambiado.

21. Por esta razón los judíos me agarraron y trataron de matarme en el área del templo.

22. Hasta el día de hoy Dios me ha ayudado. Así que aquí me encuentro dando testimonio tanto a los poderosos como a los humildes. Lo que afirmo no es nada diferente de lo que Moisés y los profetas dijeron que iba a suceder

23. con el Mesías. Ellos dijeron que él tenía que morir, pero que sería el primero en resucitar y que traería luz a los judíos y a los que no son judíos.

Hechos 26