Hechos 26:19-31 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

19. »Así que, Rey Agripa, después de tener esta visión del cielo, no la rechacé.

20. Al contrario, empecé a decirle primero a la gente de Damasco, luego a la de Jerusalén y a la de todas partes en la región de Judea, y también a los que no son judíos, que deberían cambiar su vida, volverse a Dios y demostrar con sus obras que en realidad habían cambiado.

21. Por esta razón los judíos me agarraron y trataron de matarme en el área del templo.

22. Hasta el día de hoy Dios me ha ayudado. Así que aquí me encuentro dando testimonio tanto a los poderosos como a los humildes. Lo que afirmo no es nada diferente de lo que Moisés y los profetas dijeron que iba a suceder

23. con el Mesías. Ellos dijeron que él tenía que morir, pero que sería el primero en resucitar y que traería luz a los judíos y a los que no son judíos.

24. Mientras Pablo decía esto en su defensa, Festo dijo con voz fuerte: —¡Estás loco, Pablo! Te volviste loco de tanto estudiar.

25. Pablo le respondió: —No estoy loco, excelentísimo Festo. Lo que estoy diciendo es verdad y es razonable.

26. El rey sabe de esto y por eso me atrevo a hablar con toda libertad. Sé que nada de esto ha pasado desapercibido para él porque todo esto sucedió a la vista de todo el mundo.

27. Rey Agripa, ¿cree usted en lo que escribieron los profetas? ¡Yo sé que sí!

28. El rey Agripa le dijo a Pablo: —¿Crees que tan fácilmente puedes convencerme de ser cristiano?

29. Pablo le dijo: —No importa si es fácil o no, pero yo le pido a Dios que no sólo usted, sino todos los que me están escuchando puedan ser como yo, pero sin estas cadenas.

30. El rey Agripa, el gobernador Festo, Berenice y todos los que estaban allí sentados se levantaron.

31. Al salir del cuarto decían entre ellos: —Este hombre no ha hecho nada por lo que deba morir o ser encarcelado.

Hechos 26