6. Cuando Pablo se dio cuenta de que algunos hombres que estaban en la reunión eran saduceos y otros eran fariseos, gritó: —Hermanos, soy un fariseo, hijo de un fariseo. Estoy en juicio porque creo en la resurrección de los muertos.
7. Cuando Pablo dijo esto, hubo una discusión muy fuerte entre los saduceos y los fariseos. El Consejo se dividió.
8. Los saduceos creen que no hay vida después de la muerte, y que no hay ángeles ni espíritus, pero los fariseos sí creen en todo eso.
9. Se produjo una fuerte discusión entre los judíos. Algunos maestros de la ley que eran fariseos se pusieron de pie y dijeron: —No encontramos nada de malo en este hombre. A lo mejor un ángel o un espíritu le habló.
10. La discusión se convirtió en una pelea. El comandante del ejército tuvo temor de que hicieran pedazos a Pablo. Entonces les ordenó a los soldados que bajaran, que sacaran a Pablo de allí y que se lo llevaran al cuartel.
11. A la noche siguiente, el Señor se le apareció a Pablo y le dijo: «¡Sé valiente! Tú has dado testimonio acerca de mí en Jerusalén y tendrás que ir también a Roma a hacer lo mismo».
12. A la mañana siguiente algunos judíos hicieron un plan y se comprometieron entre ellos a no comer ni beber nada hasta no haber matado a Pablo.
13. Eran más de cuarenta los que se comprometieron a esto.
14. Ellos fueron y hablaron con los jefes de los sacerdotes y los ancianos líderes y les dijeron: —Hemos hecho el compromiso entre nosotros de no comer ni beber nada hasta no haber matado a Pablo.
15. Esto es lo que queremos que ustedes hagan: envíen un mensaje de parte de ustedes y del Consejo, en el que le pidan al comandante del ejército que traiga a Pablo ante ustedes para hacerle más preguntas. Nosotros estaremos esperando a Pablo para matarlo en el camino.
16. Pero el sobrino de Pablo se enteró del plan y fue al cuartel y se lo contó todo.
17. Entonces Pablo llamó a uno de los capitanes y le dijo: —Lleva a este joven ante el comandante porque tiene un mensaje para él.