Hechos 13:20-37 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

20. Todo eso sucedió en más o menos cuatrocientos cincuenta años. »Después, Dios les dio jueces hasta el tiempo del profeta Samuel.

21. Entonces el pueblo pidió un rey. Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, que era de la tribu de Benjamín, quien fue rey por cuarenta años.

22. Después de destituir a Saúl, Dios nombró rey a David, de quien dio testimonio: “David, el hijo de Isaí, me agrada porque está dispuesto a hacer todo lo que yo le diga”.

23. »Dios cumplió su promesa al enviar a Jesús, quien era descendiente de David, para ser el Salvador.

24. Antes de que Jesús viniera, Juan anunció su mensaje al pueblo de Israel. Juan les dijo que se bautizaran para demostrar que querían cambiar su vida.

25. Cuando Juan estaba terminando su trabajo, dijo: “¿Quién creen ustedes que soy? Yo no soy él, pues él viene después de mí, y no soy digno ni de desatarle sus sandalias”.

26. »Hermanos, hijos de la familia de Abraham, y ustedes que adoran al Dios verdadero, escuchen. Este mensaje de salvación ha llegado a nosotros.

27. Los que viven en Jerusalén y sus líderes no reconocieron a Jesús, y al condenarlo cumplieron las palabras de los profetas que se leen cada sábado.

28. Ellos no pudieron encontrar una razón para matar a Jesús, pero le pidieron a Pilato que lo matara.

29. Cuando ya habían cumplido todo lo que se dijo acerca de Jesús en las Escrituras, lo bajaron de la cruz y lo pusieron en un sepulcro.

30. Pero Dios lo resucitó.

31. Después, los que lo habían acompañado desde Galilea hasta Jerusalén vieron a Jesús durante muchos días. Ahora ellos son sus testigos ante el pueblo.

32. »Nosotros les anunciamos la buena noticia acerca de la promesa que Dios les hizo a nuestros antepasados.

33. Como descendientes de ellos, recibimos de parte de Dios el cumplimiento de la promesa cuando Jesús resucitó de la muerte. Como dice en el segundo Salmo: “Tú eres mi Hijo, hoy me he convertido en tu Padre”.

34. Dios resucitó a Jesús para que él nunca regrese a la tumba a descomponerse. Entonces Dios dijo: “Yo les daré las promesas verdaderas y santas que le hice a David”.

35. Por eso dice en otro lugar: “Tú no dejarás que tu Santo se pudra en la tumba”.

36. En vida, David hizo lo que Dios quería. Después murió y lo enterraron con sus antepasados. Su cuerpo se pudrió en la tumba,

37. pero Jesús, al que Dios resucitó de la muerte, no se pudrió en la tumba.

Hechos 13