Hebreos 11:24-39 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

24. Por la fe, cuando Moisés creció rechazó los honores de ser llamado nieto del faraón.

25. Moisés decidió no disfrutar los placeres pasajeros del pecado; al contrario, decidió sufrir junto al pueblo de Dios.

26. Prefirió sufrir por el Mesías que tener todos los tesoros de Egipto porque estaba esperando la recompensa de Dios.

27. Por la fe, Moisés salió de Egipto sin temer al enojo del rey. Siguió firme como si estuviera viendo al Dios invisible.

28. Por la fe, Moisés preparó el día de la Pascua. Puso sangre en las puertas de las casas para que el ángel de la muerte no matara a los hijos mayores de los israelitas.

29. Por la fe, el pueblo que seguía a Moisés atravesó el Mar Rojo como si fuera tierra firme. Los egipcios en cambio trataron de hacer lo mismo, pero se ahogaron.

30. Por la fe, las murallas de Jericó se derrumbaron cuando el pueblo de Dios marchó alrededor de ellas durante siete días y luego se desplomaron.

31. Por la fe, la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes porque ella recibió amistosamente a los espías israelitas.

32. ¿Qué más puedo decir? No hay tiempo suficiente para contarles sobre Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas.

33. Por la fe, todos ellos conquistaron reinos, hicieron justicia y Dios los ayudó de la manera que les prometió. Por la fe, cerraron la boca de leones,

34. pudieron apagar la violencia de las llamas y se salvaron de morir a espada. Por la fe, unos que eran débiles se hicieron fuertes, llegaron a ser poderosos y derrotaron ejércitos.

35. Por la fe, hubo mujeres que recibieron de nuevo con vida a familiares que habían muerto. Otros, en cambio, por alcanzar una mejor resurrección fueron torturados y no aceptaron ser puestos en libertad.

36. Por la fe, unos sufrieron burlas y golpes. Otros fueron atados y llevados a la cárcel.

37. Los mataron a pedradas, los cortaron por la mitad y los mataron a espada. Algunos de ellos vestían pieles de ovejas y de cabras. Por la fe, fueron pobres, perseguidos y maltratados por la gente.

38. ¡El mundo no los merecía! Ellos anduvieron en desiertos y montañas, viviendo en cuevas y huecos.

39. Todos ellos son reconocidos por su fe, pero ninguno de ellos recibió la promesa de Dios.

Hebreos 11