5. Después el faraón se volvió a quedar dormido y tuvo un segundo sueño: había siete espigas de trigo, gordas y buenas, creciendo en un mismo tallo.
6. Después crecieron siete espigas más, flacas y quemadas por los vientos del oriente.
7. Luego las espigas flacas se tragaron a las espigas gordas y llenas. Entonces, el rey se volvió a despertar y se dio cuenta de que todo había sido un sueño.
8. A la mañana siguiente estaba preocupado, así que mandó llamar a los magos y a los sabios de Egipto, y les contó su sueño. Pero ninguno de ellos se lo pudo interpretar.
9. Entonces el jefe de los coperos le dijo al faraón: —Hoy me acuerdo de lo mal que me he portado.
10. Una vez el faraón estaba enojado conmigo, su siervo, y me mandó a prisión junto con el jefe de los panaderos.
11. Él y yo, tuvimos cada uno un sueño la misma noche, cada uno con su propio significado.
12. Había un joven hebreo ahí con nosotros, siervo del capitán de la guardia. Le contamos nuestros sueños y él nos explicó el significado del sueño de cada uno.
13. Todo resultó tal como él nos lo había dicho. Yo recuperé mi antiguo empleo pero al otro lo colgaron.
14. Entonces el faraón mandó a llamar a José y rápidamente lo sacaron del hueco. José se afeitó, se cambió la ropa y se presentó ante el rey.
15. El faraón le dijo: —Tuve un sueño y no hay quién me lo pueda interpretar, pero he oído que cuando tú escuchas un sueño, lo puedes explicar.
16. José le respondió al faraón: —¡Yo no puedo! Pero tal vez Dios se lo pueda explicar.
17. Entonces el faraón le contó: —En mi sueño estaba yo parado al lado del río Nilo.
18. De repente, del río salieron siete vacas gordas y bonitas que se pararon a pastar.
19. Después salieron del río otras vacas que se veían muy mal, feas y flacas. Nunca he visto vacas tan feas en todo Egipto.
20. Luego las vacas flacas y feas se comieron a las primeras siete vacas, las gordas.
21. Pero no se les notaba que se habían comido a las otras vacas ya que seguían estando igual de flacas y feas. En ese momento me desperté.