1. Hermanos, es posible que alguno de ustedes caiga en la trampa del pecado. Ustedes, que son guiados por el Espíritu, acérquense a él y ayúdenle a corregir su error. Pero ¡ojo!, háganlo con humildad, pues ustedes también pueden caer en tentación.
2. Ayúdense cuando se encuentren en problemas, pues así estarán cumpliendo la ley de Cristo.
3. Si alguno se cree muy importante cuando en realidad no lo es, se está engañando a sí mismo.
4. Cada uno debe evaluar sus propios actos y estar satisfecho de sus logros sin compararse con los demás.
5. Que cada uno cumpla sus propias responsabilidades.
6. El que está aprendiendo el mensaje de Dios debe compartir lo que tiene con el que le está enseñando.
7. No se engañen ustedes mismos, porque de Dios no se burla nadie. Uno cosecha lo que siembra.
8. Quienes siembran únicamente para complacerse a sí mismos sólo cosecharán de ello la destrucción. Pero el que siembra para agradar al Espíritu, cosechará la vida eterna.
9. No debemos cansarnos de hacer el bien. Si no nos rendimos, tendremos una buena cosecha en el momento apropiado.
10. Siempre que podamos, hagamos el bien a todos, especialmente a los que pertenecen a la familia de la fe.
11. Les escribo de mi puño y letra. ¡Miren con qué letras tan grandes les estoy escribiendo!
12. Hay quienes los están obligando a circuncidarse para que ellos sean aceptados por los demás. Tienen miedo de ser perseguidos si siguen solamente la cruz de Cristo.
13. Esos hombres que tienen la circuncisión no obedecen completamente la ley; sin embargo, quieren que ustedes sean circuncidados. Así ellos podrán presumir de haberlos obligado a ustedes a llevar esa marca en el cuerpo.