11. ¡Me temo que todo el trabajo que he hecho por ustedes no haya servido para nada!
12. Hermanos, les ruego que se adapten a mí, así como yo me he adaptado a ustedes. No me han hecho ningún mal.
13. Los visité por primera vez debido a que estaba enfermo. En ese tiempo les anuncié la buena noticia de salvación.
14. Mi condición física era una molestia para ustedes, pero no me despreciaron ni me rechazaron. Al contrario, me recibieron como si yo fuera un ángel de Dios, ¡como si yo fuera Jesucristo mismo!
15. En ese momento estaban muy felices. ¿Dónde está esa alegría ahora? Yo soy testigo de que hasta se habrían sacado los ojos para dármelos si hubiera sido posible.
16. ¿Acaso me he convertido en su enemigo por decirles la verdad?
17. Esa gente está haciendo todo lo posible por caerles bien pero no tiene buenas intenciones. Quieren apartarlos de nosotros y que los sigan a ellos y a nadie más.
18. Es bueno que la gente se interese por ustedes, si su interés tiene buenas intenciones. Y es bueno que el interés exista todo el tiempo, no sólo cuando estoy con ustedes.
19. Hijos queridos, otra vez sufro por ustedes como una madre que da a luz hasta que en realidad sean como Cristo.
20. Cómo quisiera estar ahora entre ustedes y hablarles de otra forma. Pero como está la situación ahora, yo no sé qué más decirles.
21. Algunos de ustedes quieren estar bajo la ley. Díganme, ¿ustedes saben lo que dice la ley?
22. La Escritura dice que Abraham tuvo dos hijos: uno nació de una esclava y otro de una mujer libre.