Ezequiel 47:1-11 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

1. Luego me condujo de nuevo hasta la entrada del templo. Noté que fluía agua debajo del umbral del templo, hacia el oriente. El frente del templo da hacia el oriente y el agua salía de debajo de la fachada sur del templo y fluía por el sur del altar.

2. Me condujo por la puerta norte y me llevó afuera de la puerta exterior del lado oriental. Noté que salía agua de debajo de la fachada sur.

3. El hombre se dirigió hacia el oriente con una cinta de medir en la mano. Midió quinientos metros con el agua hasta los tobillos.

4. Midió otros quinientos metros por el agua, sólo que ahora el agua me llegaba hasta las rodillas. Midió otros quinientos metros todavía en el agua, que ahora me llegaba hasta la cintura.

5. Siguió midiendo otros quinientos metros, pero la corriente formaba un río que yo no podía cruzar. El río había crecido tanto que se podía nadar en él y era tan profundo que no se podía cruzar.

6. Él me dijo: «Hijo de hombre, ¿Te has fijado en la profundidad que ha alcanzado aquel arroyito de agua, verdad?» En seguida me llevó hasta la orilla del río,

7. donde noté que había muchos árboles a ambos lados del río.

8. Entonces me dijo: «Estas aguas fluyen hacia la región oriental, descienden al Arabá y llegan hasta el Mar Muerto, donde se vuelven aguas dulces.

9. Por donde vaya este río, todos los seres que viven de él, vivirán. Habrá abundancia de peces en él porque su agua dulce da vida a todo.

10. Los pescadores se pararán en la orilla desde Engadi hasta Eneglayin porque tendrán lugar para extender y secar sus redes. La variedad y la cantidad de peces serán como la gran cantidad de peces del mar Grande.

11. Pero sus pantanos y marismas no serán dulces, sino que quedarán salinos.

Ezequiel 47