1. Medité cuidadosamente en todo esto. Me di cuenta de que Dios controla la vida de la gente sabia y buena, y lo que esta gente hace. El ser humano no sabe si será amado u odiado porque no sabe lo que sucederá en el futuro.
2. Pero hay algo que nos sucede a todos por igual: todos nos vamos a morir, tanto buenos como malos. La muerte nos llega a todos, a los puros e impuros, a los que ofrecen sacrificios y a los que no lo hacen, al bueno y al pecador, a los que hacen promesas a Dios y a los que no.
3. Lo más triste de todo lo que sucede bajo el sol es que a todos les espera el mismo final. Así pues, la mente del ser humano está llena de maldad, vive sin usar la razón y al final de todo, la muerte.
4. Mientras hay vida hay esperanza, pues es mejor perro vivo que león muerto.
5. Los vivos sabemos que vamos a morir, pero los muertos no saben nada, no tienen conciencia de nada y serán olvidados.
6. Después de morir, uno ya no siente amor ni envidia; nunca más vuelve a experimentar lo que se hace bajo el sol.
7. Así que anda ahora, come, bebe, disfruta y sé feliz. Tranquilo, que Dios aprueba eso.
8. Viste bien y luce bien.
9. Disfruta la vida con la esposa que amas, todos los días de tu corta existencia que Dios te permite vivir bajo el sol. Eso es lo que te corresponde de tu vida y tu trabajo bajo el sol.
10. Cada vez que encuentres un trabajo que hacer, hazlo lo mejor que puedas. En el sepulcro no hay trabajo, ni pensamiento, ni conocimiento ni sabiduría y para allá vamos todos.
11. También fui testigo de otras injusticias que tiene esta vida: el que corre más rápido no siempre gana la carrera; el ejército más poderoso no siempre gana la batalla; el más sabio no siempre consigue dejar de ser pobre; el más astuto no siempre consigue hacerse rico y una persona educada no siempre recibe la recompensa que merece. Todos tienen sus buenos y malos tiempos.