12. Salomón, puedes quedarte con tus mil monedas de plata; reparte doscientos a los que trajeron uvas, pero yo me quedo con mi campo de uvas.
13. Ahí estás, sentada en el jardín, tus amigos te escuchan. Déjame oír tu voz decir:
14. Apresúrate, amor mío, como una gacela, como un ciervo joven por entre las fragantes montañas.