3. Pues ella hizo que todas las naciones bebieran del vino de su pecado sexual y de la ira de Dios. Los reyes de la tierra se acostaron con ella. Los comerciantes se hicieron ricos con la extravagancia de sus lujos».
4. Después oí otra voz del cielo que decía: «Pueblo mío, sal de esa ciudad para que no compartas sus pecados. Así no sufrirás ninguno de los desastres que llegarán a ella.
5. Los pecados de esa ciudad han llegado hasta el cielo. Dios no ha olvidado todo lo malo que ella hizo.
6. Trátenla como ella trató a los demás, y páguenle con el doble de lo que hizo. Prepárenle un vino dos veces más fuerte que el que ella preparó para los demás.