14. Alejandro, el herrero, me trató muy mal. El Señor lo castigará por lo que hizo.
15. Tú también cuídate de él porque se opuso a nuestra enseñanza.
16. En mi primera defensa nadie me ayudó, todos me abandonaron. Que Dios no tome eso en contra de ellos.
17. Pero el Señor estuvo conmigo y me dio fuerzas para aprovechar al máximo la oportunidad de anunciar el mensaje para que todos los que no son judíos pudieran oír, y así me rescató de la boca del león.