1. Eliseo respondió: —¡Escuchen el mensaje del SEÑOR! El SEÑOR dice: “Mañana a estas horas, a la entrada de la ciudad, se podrán comprar tres kilos de harina fina por tan solo una moneda de plata, y seis kilos de cebada por el mismo precio”.
2. Entonces el oficial ayudante del rey le contestó al hombre de Dios: —Eso no ocurriría ni aunque el SEÑOR abriera las ventanas del cielo. Eliseo le dijo: —Lo verás con tus propios ojos, pero no podrás comer nada.
3. Cuatro leprosos que estaban en la puerta de la ciudad se dijeron unos a otros: —¿De qué nos sirve estar aquí sentados esperando la muerte?
4. No hay comida en Samaria y si entramos a la ciudad, allí moriremos. Si nos quedamos aquí también nos moriremos. Mejor vayamos al campamento sirio. Si nos dejan vivir, bien. Si nos matan, pues que nos maten.
5. Así que esa tarde los cuatro leprosos fueron al campamento de los sirios. Cuando llegaron al borde del campamento, no había nadie.
6. El Señor había hecho que los sirios escucharan el sonido de carros, caballos y un gran ejército. Por eso los sirios se dijeron: «El rey de Israel contrató a los hititas y a los egipcios para atacarnos»
7. y salieron huyendo esa tarde dejando todo atrás. Abandonaron sus carpas, caballos y asnos, y escaparon.
8. Los leprosos se acercaron al borde del campamento y entraron a una carpa. Después de haber comido y bebido, se llevaron de ahí plata, oro y ropa. Entonces fueron y escondieron algunas cosas. Luego entraron a otra carpa y se llevaron cosas de ahí y las escondieron.