2 Reyes 5:6-13 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

6. Naamán llevó la carta del rey de Siria al rey de Israel. La carta decía: “Sirva la presente para hacerte saber que te mando a mi siervo Naamán para que lo cures de su lepra”.

7. Cuando el rey de Israel leyó la carta, rompió su vestido y dijo: —¿Acaso soy Dios? No tengo poder sobre la vida y la muerte para que el rey de Siria me mande un hombre para que lo sane de lepra. Fíjense bien que lo que quiere es atacarme.

8. Eliseo, el hombre de Dios, escuchó que el rey de Israel había roto su vestido, así que le mandó este mensaje: «¿Por qué rompiste tu vestido? Que Naamán venga a mí y entonces sabrá que hay profeta en Israel».

9. Entonces Naamán fue con sus caballos y carruajes a donde vivía Eliseo y se quedó esperando fuera de la casa.

10. Eliseo le mandó un mensajero que le dijo: «Anda y lávate en el río Jordán siete veces y se te sanará la piel; quedarás puro y limpio».

11. Naamán se enojó y se fue, diciendo: —Pensé que Eliseo saldría y se pararía delante de mí, pediría en el nombre del SEÑOR su Dios y luego pasaría la mano sobre mi cuerpo para sanar la lepra.

12. Los ríos de Damasco, el Abaná y el Farfar son mejores que toda el agua de Israel, ¿por qué no me puedo bañar en aquellos ríos de Damasco y limpiarme ahí? Naamán se enojó mucho y dio media vuelta para irse.

13. Pero los siervos de Naamán fueron y le dijeron: —Señor, si el profeta le hubiera dicho que hiciera algo muy difícil lo habría hecho, ¿no es cierto? Con más razón ahora que sólo le dijo: “Lávate y quedarás puro y limpio”.

2 Reyes 5