2 Reyes 5:2-16 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

2. En uno de los ataques que hacía el ejército de Siria contra Israel capturaron a una niña israelita. Ella pasó a ser sirvienta de la esposa de Naamán.

3. La niña le dijo a su dueña: —Si tan sólo mi señor conociera el profeta que vive en Samaria, le podría quitar la lepra a Naamán.

4. Naamán se acercó a su rey y le habló de lo que le había dicho la israelita.

5. El rey de Siria le dijo: —Ve ahora, que yo le mandaré una carta al rey de Israel. Así que Naamán se fue a Israel. Llevó de regalo treinta mil monedas de plata, seis mil monedas de oro y diez mudas de ropa.

6. Naamán llevó la carta del rey de Siria al rey de Israel. La carta decía: “Sirva la presente para hacerte saber que te mando a mi siervo Naamán para que lo cures de su lepra”.

7. Cuando el rey de Israel leyó la carta, rompió su vestido y dijo: —¿Acaso soy Dios? No tengo poder sobre la vida y la muerte para que el rey de Siria me mande un hombre para que lo sane de lepra. Fíjense bien que lo que quiere es atacarme.

8. Eliseo, el hombre de Dios, escuchó que el rey de Israel había roto su vestido, así que le mandó este mensaje: «¿Por qué rompiste tu vestido? Que Naamán venga a mí y entonces sabrá que hay profeta en Israel».

9. Entonces Naamán fue con sus caballos y carruajes a donde vivía Eliseo y se quedó esperando fuera de la casa.

10. Eliseo le mandó un mensajero que le dijo: «Anda y lávate en el río Jordán siete veces y se te sanará la piel; quedarás puro y limpio».

11. Naamán se enojó y se fue, diciendo: —Pensé que Eliseo saldría y se pararía delante de mí, pediría en el nombre del SEÑOR su Dios y luego pasaría la mano sobre mi cuerpo para sanar la lepra.

12. Los ríos de Damasco, el Abaná y el Farfar son mejores que toda el agua de Israel, ¿por qué no me puedo bañar en aquellos ríos de Damasco y limpiarme ahí? Naamán se enojó mucho y dio media vuelta para irse.

13. Pero los siervos de Naamán fueron y le dijeron: —Señor, si el profeta le hubiera dicho que hiciera algo muy difícil lo habría hecho, ¿no es cierto? Con más razón ahora que sólo le dijo: “Lávate y quedarás puro y limpio”.

14. Así que Naamán hizo lo que el hombre de Dios había dicho. Bajó y se lavó en el Jordán siete veces, ¡y quedó puro y limpio! Su piel se volvió tan suave como la de un bebé.

15. Naamán y su gente volvieron para ver al hombre de Dios. Se detuvo ante Eliseo y le dijo: —Mira, ahora sé que no hay ningún otro Dios en el mundo, excepto en Israel. Acepta un regalo de mi parte, por favor.

16. Pero Eliseo le dijo: —Te aseguro como que existe el SEÑOR, al cual yo sirvo, que yo no aceptaré ningún regalo. Naamán trató de obligar a Eliseo a que aceptara el regalo, pero Eliseo lo rehusó.

2 Reyes 5