40. Sirvieron a los hombres para que comieran, pero cuando empezaron a comer, gritaron: —Esta sopa está envenenada. Y ya no comieron más.
41. Pero Eliseo dijo: —Tráiganme harina. Eliseo añadió la harina en la sopa y dijo: —Dénsela a la gente para que coma. Y la sopa no les hizo daño.
42. Un hombre llegó de Baal Salisá con pan hecho de la primera cosecha para el hombre de Dios. Había veinte panes de cebada y grano entero en una bolsa. Entonces Eliseo dijo: —Dáselo a la gente para que coma.
43. El siervo de Eliseo respondió: —¿Qué me dices? Aquí hay más de cien hombres. ¿Cómo voy a alimentar con esta comida a todos ellos? Pero Eliseo insistió: —Dale la comida a la gente para que coma. El SEÑOR dice: “Comerán suficiente y habrá comida de sobra”.
44. El siervo de Eliseo puso la comida a disposición del grupo de profetas. Comieron suficiente y hubo de sobra. Ocurrió tal como el SEÑOR había dicho.