2. Entonces el rey fue al templo del SEÑOR con toda la gente de Judá, los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el más pequeño hasta el más importante. Allí el rey les leyó en voz alta el libro del pacto que había sido encontrado en el templo del SEÑOR.
3. Luego el rey, de pie junto a su columna, hizo un pacto con el SEÑOR, comprometiéndose a seguir al SEÑOR y a obedecer sus mandatos, el pacto y sus condiciones. Dijo que de todo corazón y con toda el alma cumpliría el pacto que estaba escrito en el libro. Y todo el pueblo se puso de pie para mostrar que también estaba de acuerdo con cumplir el pacto.
4. Entonces el rey ordenó al sumo sacerdote Jilquías, a los demás sacerdotes y a los porteros, que sacaran del templo del SEÑOR todos los objetos que se hicieron en honor de Baal, Aserá y las estrellas del cielo. Entonces Josías quemó todo eso fuera de Jerusalén en los campos del valle del Cedrón y se llevaron las cenizas a Betel.
5. Después destituyó de sus puestos a los sacerdotes que los reyes de Judá habían nombrado para quemar incienso en los santuarios de las ciudades de Judá y en los alrededores de Jerusalén y también a los que quemaban incienso en honor a Baal, el sol, la luna, las constelaciones y todas las estrellas del cielo. Josías puso fin a todo eso.
6. Quitó el poste de Aserá del templo del SEÑOR y lo quemó fuera de la ciudad, en valle del Cedrón. Allí destruyó los pedazos quemados hasta hacerlos polvo y los esparció sobre la fosa común.
7. El rey Josías también demolió las habitaciones que estaban en el templo del SEÑOR dedicadas a la prostitución idólatra entre hombres y donde también las mujeres tejían mantos para la diosa Aserá.
8. Josías ordenó que fueran trasladados a Jerusalén todos los sacerdotes de las ciudades de Judá y destruyó todos los santuarios donde los sacerdotes quemaban incienso, desde Gueba hasta Berseba, y también los santuarios que estaban al lado izquierdo, cerca de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad.
9. En ese tiempo los sacerdotes de esos santuarios no iban al altar del SEÑOR en Jerusalén, sino que comían pan sin levadura en las ciudades y aldeas ordinarias.
10. El rey también destruyó el santuario Tofet en el valle de Ben Hinón, donde la gente sacrificaba a sus hijos, quemándolos en un altar dedicado al dios Moloc. Josías arruinó el lugar para que no se pudiera usar más.
11. Hizo quitar los caballos en honor al dios sol, que en el pasado los reyes de Judá habían colocado cerca de la entrada del templo del SEÑOR, junto al cuarto de Natán Mélec, el funcionario encargado de las dependencias, e hizo quemar los carros que estaban ahí en honor al dios sol.
12. Josías despedazó los altares que los reyes de Judá habían construido sobre la azotea de la sala de Acaz y los que Manasés había construido en los dos patios del templo del SEÑOR. Luego arrojó los escombros al valle del Cedrón.
13. Destruyó los santuarios que Salomón había hecho construir al oriente de Jerusalén, en la colina del Destructor, cuyos sacerdotes estaban al lado sur de la colina, y que estaban dedicados a Astarté la diosa abominable de los sidonios, a Quemós, el ídolo abominable de los moabitas, y a Moloc, el ídolo abominable de los amonitas.
14. También destruyó las piedras sagradas y los postes de Aserá y llenó de huesos humanos los sitios donde habían estado.
15. Josías demolió el altar y el santuario que había construido Jeroboán hijo de Nabat en Betel con el que hizo pecar a Israel. No solamente lo demolió, sino que le prendió fuego hasta que quedó hecho cenizas y quemó también el poste de Aserá.
16. De regreso, Josías vio las tumbas que estaban en la colina y mandó unos hombres para que sacaran los huesos de las tumbas y los quemara sobre el altar para contaminarlo, cumpliendo así el mensaje del SEÑOR que había dicho el hombre de Dios contra el altar, cuando Jeroboán estaba ante el altar en la fiesta.